1. Lava el mate con agua para desinfectar y eliminar el polvo que se encuentra en el interior. Gracias a este paso podrás eliminar bacterias y fibras.
2. Échale azúcar, da igual qué clase sea. Con tan solo dos cucharadas endulzarás tu recipiente. Una vez introduzcas este azúcar, tapa con la mano la entrada del mate y agítalo para que este ingrediente se ubique en las paredes.
3. Deja secar el azúcar durante unas horas.
4. Cuando el mate esté seco, introduce yerba ya usada en el interior del mate y déjalo reposar toda la noche.
5. Repite el proceso dos veces más. Al día siguiente ¡podrás disfrutar de tu mate dulce!
El curado más usual es el primero y, aunque luego quieras tomar mate dulce, se puede beber igualmente con el primer curado. Por ende, aun curado con los pasos del mate amargo, después se puede tomar mate dulce, ¡sin ningún problema!
Comentarios (0)