La manera más tradicional en la que se fabrica un mate es por medio de una calabaza de tamaño pequeño o mediano, a la cual se le extrae su pulpa y posteriormente se deja secar, sin modificar en lo absoluto su forma natural. Por último, se tiñe de diversos colores o, en su defecto, se forra de cuero, para añadirles anillos metálicos u otros tipos de decoraciones externas.
Pero, en la actualidad, la tecnología detrás del mate también ha evolucionado. Por esta razón, podemos encontrarlos de diferentes materiales, como la madera torneada, metal, plata, porcelana o silicona, entre otros.
Otro aspecto que tiende a variar mucho son los tamaños y formatos del mate, existiendo de boca delgada o de boca ancha, ovalados, redondos, más pequeños por debajo o más grandes por arriba. En definitiva, existen tantos mates de acero inoxidable como gustos personales.